sábado, 26 de enero de 2013

Lucha por el bronce: Eslovenia - Croacia

La lucha por el bronce suele ser un partido excesivamente marcado por el factor anímico. Se suele decir que la selección que mejor supere el palo de no poder disputar la final se lleva la victoria. En este caso quizás este aspecto no fue tan marcado, pues las dos selecciones apenas tuvieron opciones en sus respectivas semifinales.

Si hubo un factor que condicionó en gran medida este partido fue el cansancio. Tanto los croatas como los eslovenos llegaron a este tercer y cuarto puesto con las fuerzas justas, motivado por la carga de partidos. Esto provocó que el partido empezase de manera titubeante en los dos bandos, tanto Eslovenia como Croacia jugaron lento y estuvieron muy erráticos, en la primera parte acumularon muchas pérdidas de balón.

En los primeros 30 minutos ninguna de las dos selecciones fue capaz de imponer su juego y la igualdad reinó a lo largo de esta primera parte. Al descanso Croacia llegó por delante en el marcador (13-14) pero sin dar señas de superioridad.

Tras el intermedio, Croacia puso una marcha más y aprovechó los errores del ataque esloveno para marcharse en el marcador. Uros Zorman, que ayer hizo un partidazo, hoy tuvo uno de esos partidos en los que parece que no le apetece jugar y esto fue un problema demasiado grande para los de Boris Denic. Además Jure Dolenec no estuvo al nivel al que brilló durante todo el Mundial.

El momento clave fue una superioridad númerica de Eslovenia en la que Uros Zorman y Vid Kavticnik no supieron guiar a los suyos. Con un juego lento, la primera línea se movia andando, no encontró huecos en la defensa croata y perdió tres balones seguidos a pesar de estar con un hombre más. 

Durante los primeros 10 minutos de la primera parte Croacia endosó un parcial de 7-1 que sentenció el partido. Guiados por Domagoj Duvnjak, que ayer jugó con fiiebre, Croacia pusó rumbo fijo hacía una medalla de bronce que jamás había conseguido. El central del HSV Hamburg, que logró 8 goles, estuvo bien acompañado por los extremos croatas Ivan Cupic (8 goles) e Ivan Nincevic (5).

A partir de este momento el partido no tuvo historia y Croacia se llevó la final de consolación cómodamente (26-31). Cuando el partido ya estaba decidido y la tranquilidad reinaba en el Palau Sant Jordi hubo tiempo para la polémica pues el seleccionador Slavko Goluza pidió un tiempo muerto difícilmente justificable a falta de dos minutos y medio.

De esta manera la selección croata consiguió su quinta medalla en un Mundial, anteriormente había conseguido un oro y tres platas. Eslovenia termina el Mundial en su mejor puesto histórico y dejando buenas sensaciones para posteriores citas.

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