Túnez salió a la pista con la clara intención de no regalar
nada y comenzaron el partido con una defensa basada en una agresividad llevada
al límite. Además estuvieron acertados en tareas ofensivas, lo que les permitió
abrir una pequeña brecha en el marcador. Pero en cuanto Dinamarca arregló los
pequeños desbarajustes defensivos que estaba teniendo en los primeros minutos
consiguieron darle la vuelta al marcador.
El principal fallo de Dinamarca en la primera parte estuvo
en el centro del ataque, tanto Bo Spellerberg como Rasmus Lauge no estuvieron
muy acertados y no dirigieron a los suyos todo lo bien que acostumbran. Como
suele ser costumbre en cuanto comenzaron a llegar balones a Hans Lindberg y
Anders Eggert, Dinmarca deslumbró con su juego, muy atractivo a la vista.
En los últimos minutos de la primera parte y durante el principio de la segunda los daneses dieron un golpe en la mesa y sentenciaron el partido. Entre los últimos cinco minutos de la primera parte y los 10 primeros de la segunda, la selección de Ulrich Wilbek le endosoó a los tunecinos un parcial de (10-3).
Una vez sentenciado el partido, el seleccionador danés le dio descanso a las estrellas del equipo y dio paso a los menos habituales, que demostraron que no desentonan y que si por algo destaca Dinamarca es porque tiene un fondo de armario que les permite mantener un nivel muy alto durante los 60 minutos.
Con esta victoria (30-23) Dinamarca se mete, como era previsible, en los 1/4 de final y se medirá al vencedor del Hungría - Polonia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario